sábado, 27 de enero de 2018

Entrevista: RICARDO DELGADO

“Lo importante del teatro es mirarnos hacia dentro”

Curandero es el resultado de 17 años que tiene el colectivo de formado. Es el resultado de nuestras búsquedas, a todo nivel, de volver a entender las imágenes, las visiones, eso que está en nuestro ADN, nuestro conocimiento, sensaciones, olores, música, puesto de forma que sea un ritual compartido”, cuenta Ricardo Delgado, fundador del colectivo Angeldemonio y ganador del premio de dirección otorgado por el jurado de Oficio Crítico 2017. Formado como actor de teatro, compartió desde sus inicios el trabajo escénico con una generación importante de creadores. “He trabajado con Yuyachkani, con Lucho Ramirez, con Oscar Natters, Mario Delgado, Daniel Dillon, Rodrigo Benza, Santiago Sanchez (España) he tenido por suerte distintas experiencias escénicas con maestros de distintos formatos”. Esto avivó preocupaciones que se encargaría de investigar en su propio proyecto, Angeldemonio, el cual le demandó abrirse hacia otros campos de las artes escénicas.

La investigación y los montajes

Delgado menciona que aprendió empíricamente sobre el diseño de iluminación y la producción, ya que “el hecho de formar el colectivo implicaba ser multifacético, saber de producción, prensa, todo lo que tenías que aprender por una necesidad de querer desarrollar e investigar, y así poder crear sin esperar a que alguien o alguna institución compañía o grupo te convoque”. Así pues, la investigación ha sido y continúa siendo el eje movilizador de su trabajo y lo que ha enrumbado su trayectoria hacia la originalidad. “Me interesa el surrealismo, creo en la inteligencia emocional, creo en la dramaturgia de la imagen y creo en un teatro o en un arte escénico originario nuestro, que ya existía antes de la conquista y posterior colonización”. El trabajo que viene realizando Delgado desde hace mucho tiempo, consiste en una investigación sobre la teatralidad de las danzas tradicionales peruanas, los personajes, la performance, el tiempo, el estado del “actor danzante”, el color, la plástica, el ritual. “Investigo estas manifestaciones que existen, que es el teatro nuestro, el teatro que conocemos, el teatro originario.”

Desde los primeros montajes, Ricardo planteaba una institución del actor autónomo. “Empezamos haciendo una obra en el año 2000, Más allá del borde, veníamos de lo que era un brazo bastante barbiano y grotowskiano: el trabajo de la dramaturgia del actor, el actor creador, el actor de cuerpo. La hicimos junto a Alberick García, dirigimos, actuamos y creamos e investigamos mucho sobre el movimiento “lumpen” de las noches en el centro de Lima, pero nunca la escribimos y después la montamos: la construimos a partir de improvisaciones”. El montaje se hizo en la AAA y era la historia de un boxeador y su hermano que era su manager y que siempre trabajaba en peleas clandestinas. A partir de aquí, Ricardo emprendió nuevas investigaciones con influencias de movimientos contemporáneos, tales como el grupo De la Guarda y La Fura dels Baus (guardando las distancias) e instauró en su teatro la preocupación de acercar el espectáculo hacia el público de modo que se generase un convivio más inmediato. “Hicimos una segunda obra que era BORDERLINE 1, la gente entraba y era un cubo en el centro de Miraflores, los personajes aparecían de las paredes, no había butacas, fue en el 2001. Se hizo en el teatro Pata de Cabra, todo el escenario estaba cerrado y la gente entraba en el espacio y la atmósfera”.

Más tarde, la investigación de Ricardo adquirió nuevos límites al verse involucrado con Miguel Villaseca, arquitecto urbanista y artista. “Trabajamos muchos proyectos de intervención de espacios públicos, ahí me puse a investigar bastante sobre el accionismo, la arquitectura, lo que era el performance”. Posteriormente, trabajó con Carlos Cueva, director de LOT (La otra orilla) y empezó a entender otros medios,  buscando encontrar otros registros del cuerpo en el espacio escénico, en el espacio artístico compartido. “Me interesaba tener una aproximación con el espectador, pasarlo a ser un testigo del hecho escénico, eso indica llevar el cuerpo a otros niveles y otros límites”. Así nace el proyecto Pampa Santa, creada y estrenada en España a partir de una invitación de un festival OFF llamado APARTES del Festival de teatro clásico de ALMAGRO, obra expuesta también en el parque Universitario, la plaza San Martin, la plaza Manco Cápac, Parque Bondi (barrio del músico “Chacalon”, de quien se inspiraron y usaron su música en toda obra) en un recorrido por Chile. “Era un proyecto en espacio público, se cargaban 120 ladrillos de concreto, al final se crea un altar donde la gente entra y coge algunos elementos como santitos y velas y se las puede llevar. Hemos investigado y trabajado con los cómicos ambulantes: ¿cuál era su estado?, ¿cómo era su cuerpo para poder congregar a la gente en el centro de Lima, donde la gente es violenta, cruza y no está para bolas?, ¿cómo tomas el espacio?” De esta forma, Angeldemonio siguió en vigencia de su búsqueda que la concibe como una agrupación coherente en sus principios. “Una cosa es ser actor y otra, ser actor peruano, entonces por lo cual, tenemos una misión en la difusión de arte escénico en un país que no tiene políticas culturales solidas, sobre todo con los que menos posibilidades tienen; lo digo porque estudié en colegios nacionales y nunca tuve profesor de teatro y menos me llevaron a uno y si voy a gastar la plata y todo el esfuerzo, para montar un proyecto  lo pongo en la calle, espacios públicos, barrios. Allá voy a tener teatro lleno . Es otro público, es distinto,  estás más cerca, en realidad, pones en riesgo tus conocimientos de cómo aplicar las investigaciones; en ese sentido, para poder conectar con ese “otro público” el cual no estamos acostumbrado “los artistas”, aquel público que por suerte sí tienen la posibilidad, ganas y conocimiento de pagar una entrada”. Para Delgado, la actuación (o la técnica de actuación para calle, como se conoce) no funciona en una Lima o en una Nación tan diversa y compleja social y culturalmente.

Curandero y futuros proyectos

Tras este recorrido llegamos a Curandero Limpia Escénica (2016), una obra en la que están colocados los lineamientos extraídos de todos estos años de investigación. “Trabajamos en base al ritual, la danza, lo cercano, los elementos, tener una investigación visual, somos muy visuales los peruanos, tú ves las fiestas patronales y son muy visuales, participativas. Acá, en el teatro hegemónico, nos separaron todo, pero la danza, la música, la actuación, la plástica y el ritual nunca se separaron”. Estas afirmaciones recaen en un espectáculo que parte de un elemento simple, concreto y significativo para nuestra memoria colectiva: la sábila. “Fuimos a la parada a buscar elementos para nuestra investigación. Quedé perdidamente enamorado de la sábila  gigante, hermosa y la llevé al escenario. Teníamos eso, el amor y el desamor”, afirma. Delgado además quería trabajar con una imagen antropomórfica, pues le interesaba esa imagen del ser humano transformado en animales. “Me ha pasado en el trayecto de mi vida sentirme como un animal, una rata o un perro rabioso”, reconoce. La obtención de estos elementos recayó en la temática del curanderismo popular, con el fin de soslayar las dolencias del amor. “A partir de allí empezamos a observar la plástica de la curandería. Vimos las instalaciones plásticas, cuando ofrecen la cosas, los colores, las formas, los materiales, los recuerdos, el huevo, la ruda, empezamos a encontrar materiales que nos vinculan”. De esta forma se fue elaborando el proyecto escénico, soliviantado con formas y colores que resonaban en la memoria de sus creadores, sin perder de vista los principios pragmáticos del actor creador. “Son muchas cosas que ayudaron a nuestra dramaturgia, la construimos en la acción, la dramaturgia de la imagen es importante y yo parto de cuadros, voy planteando cuadros con el actor y los elementos, luego enumero los cuadros, este es el del huevo, este es el de la ruda y a la hora de ir juntándonos vamos moviéndolos de acuerdo como va encontrando el hilo conductor el actor-creador; en estos mundos ¿cómo él vive?, ¿cómo se desarrolla?, ¿cómo llega ahí?”

Delgado sostiene que para la creación de la dramaturgia, es básica la visión de los miembros del colectivo, como la sonorización que realizó Abel Castro, a partir de grabaciones de madrugada que realizó en la misma Parada en las madrugadas, la materialización visual y técnica en la iluminación de Igor Moreno, la vivencia ,experiencia y composición física y sensorial de Augusto Montero, y la realización plástica de la Máscara de perro de Pol Colino. "La mezcla de todos estos saberes son las que crean y dan soporte a la creación y realización dramatúrgica de Curandero, ya que para nosotros la dramaturgia no necesariamente se origina en la escritura y la palabra, también está en el sonido, la imagen, los elementos, el ritual  y los testigos (publico) como sucede en nuestras manifestaciones culturales(fiestas patronales, rituales, carnavales, etc)".

Construido de esta forma, Ricardo nos cuenta que Curandero se plantea una finalidad muy concreta y poderosa: la facilidad de comunicación, la facilidad de palabra a pesar de su incauto silencio. “Una de las cosas del porqué la “gente” no va al teatro, es porque dicen que no van a entender, que es aburrido. ¿Entonces qué hacemos?” La búsqueda de Delgado es poder dialogar y para hacerlo, se debe recuperar nuestra dramaturgia, en nuestras memorias, imágenes, sonidos, en nuestras danzas; la forma de generar un espacio compartido, del ritual del compartir, para poder seguir vivo y tener una identidad. “No hay nada que entender, siempre estuvo con nosotros, es pasar y disfrutar, como cuando vas a la fiesta patronal, todos participan, todos bailan, nadie dice no”.

Dentro de los proyectos venideros de Ricardo Delgado, se encuentra una investigación pragmática sobre la teatralidad andina, en base a la danza mestiza de la Chonguinada, dirigido por Rodrigo Benza; a partir de su involucramiento con un grupo de danzantes en Sapallanga, Huancayo. “Otro proyecto en el que nos encontramos es en un laboratorio de investigación sobre la danza los Shapish de Chupaca producido por Angeldemonio y dirigido por Miguel Rubio (director de Yuyachkani) a estrenarse en junio de este año”. También se encuentra planeando la exposición de Curandero en La Parada, lugar que le produjo tanto a él como a Augusto Montero, imágenes y memorias fundamentales. “Estamos buscando algún mecenas que quiera pagar el equipo de sonido y luces, solo eso, nosotros ponemos la actuación, sería muy lindo que gente de La Parada observe el trabajo.” Como última reflexión, Ricardo nos comparte que “lo importante es trabajar, creer, investigar, arriesgar sobre todo y mirarnos hacia dentro; creo que es importantísimo mirarnos; este teatro es mi visión, mi resistencia, mi vida, mi forma de creer y de crear, de encontrarme y saber quién soy”.

Bryan Urrunaga
25 de enero de 2017

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