miércoles, 17 de enero de 2018

Crítica: ADIÓS AL CAMINO AMARILLO

Truculencia estilizada

Una de las características del teatro escrito por Jaime Nieto, en sus inicios, fue el tinte escabroso en sus historias. Tal como él mismo lo mencionó en una entrevista, algunos de sus textos fueron muy difíciles de enfrentar al público en su momento, ya que tocaban temas de homosexualidad, presentaban violaciones en el escenario, o hasta incluían una porno comedia, como Dick & Pussy se aman locamente (1998). Así fue que se estrenaron Carne quemada (1995), con un asesino serial que abandonaba los restos de sus víctimas en los cines y un periodista obsesionado con el caso; Deseos ocultos (1997), con un grupo de treintones que debían lidiar con relaciones sentimentales, infidelidad, identidad sexual y doble moral; y Adiós al camino amarillo (1998), obra que fue repuesta a finales del año pasado en El Galpón Espacio, bajo la dirección de Mario Gaviria.

Así como El dolor por tu ausencia (2003), otra pieza emblemática del autor, Adiós al camino amarillo se centra en las historias de variopintos personajes, marginales y confundidos, cuyas vidas se entrecruzan por obra del destino, pero bajo un contexto de ciencia ficción: la muy probable colisión de un cometa que anunciaría el fin del mundo. Temas recurrentes del autor, como la homosexualidad, la soledad y la frustración, se hacen presentes en la relación de dos hermanos, que viven enfrentados a pesar de habitar la misma casa. A su lado, otros jóvenes ambiciosos y con problemas de identidad causarán serios conflictos, agravados por el inminente apocalipsis.

Gaviria aprovechó el amplio escenario delimitando los espacios con precisión y le sacó partido a muchas escenas bien escritas, a pesar de algunas irregularidades en el elenco. Sin embargo, Mauricio Sotomayor, Miguel Soriano, Eduardo Bazán, Sandra Mendoza y especialmente, Edwin Guerra y Gretha Bazan se las arreglaron para darles veracidad a sus personajes, en general. Eso sí, el suspenso que debió existir ante la llegada del cometa no se concretó; por ello, se podrían revisar los efectos sonoros y lumínicos para futuras reposiciones. Producida por Primera Fila Colectivo Teatral, este tardío reestreno de Adiós al camino amarillo sí le hizo justicia al estilo teatral de Jaime Nieto, cumpliendo con exponer la difícil problemática de la juventud contemporánea, así como acertando en la estilización de sus elementos más truculentos.

Sergio Velarde
17 de enero de 2018

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