viernes, 4 de marzo de 2016

Entrevista: SERGIO GJURINOVIC

“Cada proceso creativo es único e irrepetible”   

Uno de los personajes más siniestros que se pasearon por el escenario teatral el año pasado fue el de Toño en Chico encuentra chica. Y es que no se trató de un asesino serial o un psicópata similar: fue un muchacho común y corriente que se obsesiona peligrosamente por una joven que no le corresponde a sus galanteos. Una terrible y cruda realidad que le sirvió al actor Sergio Gjurinovic para regalarnos una de sus mejores actuaciones, recompensada por El Oficio Crítico con su designación como el mejor actor de reparto en la categoría Drama 2015. “Estoy asombrado por la cantidad de mujeres agradecidas por el montaje”, nos comenta Sergio. “E incluso algunos hombres que me decían, luego de ver la obra, que no estaban viendo a las mujeres como son en realidad, sino como objetos.”

Sus inicios en la actuación

“Desde pequeño estuve involucrado con la actuación”, refiere Sergio. “Hice varios comerciales, en los que tenía que actuar un poco”. A los 12 años, Sergio es invitado a participar en el programa infantil Chiquitoons (1998), en el que presentaba series de dibujos animados. Posteriormente estudió  la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima, en donde llevó un taller sumamente importante para su formación, dirigido por el experimentado Leonardo Torres Vilar. “Luego estuve en una serie (Con los pelos de punta), producida por Iguana y estrenada en Venezuela, y en la película Dioses de Josué Méndez. Ahí me di cuenta que la actuación era lo que realmente me gustaba”, afirma.

Sergio también estuvo en dos importantes talleres, como lo fueron los de Roberto Ángeles y Alberto Isola. “La primera obra profesional que hice fue por recomendación de Roberto: El chico de la última fila, dirigida por Sergio Llusera, en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú en el 2010”, recuerda. “Y también valoro mucho el taller con Alberto, pues allí he podido capturar la mayor cantidad de enseñanzas para construir mis personajes”. Sergio considera algunos requisitos básicos que debería tener un buen actor de teatro: “Disciplina, saber escuchar y trabajar en equipo: que son finalmente las características básicas que se comparten con otros trabajos. No creo en el talento, considero que de nada sirve saberlo, se trata de trabajar, de ser constante”. Por otro lado, un buen director teatral debe “tener también mucha escucha, debe dar libertad de juego y que sepa lo que quiere decir con la obra.”

“Cada proceso creativo es único e irrepetible”, reflexiona Sergio. “Cada obra y cada personaje te van a arrojar por un camino distinto. Y vas descubriendo diversas formas de comunicarte con el director, de entrar en la historia. Cada dinámica es diferente”. Él ha tenido oportunidad de trabajar con diferentes directores en varios montajes y en todos se ha sentido cómodo. “No creo que sea un requisito que el director sea actor, pero sí considero que un actor de esa obra se puede sentir más cómodo con esa situación. Eso sí, prefiero aquel director que sabe lo que quiere decir con la obra”, agrega.

Montajes y proyectos

Sergio ha participado en interesantes montajes como El lenguaje de las sirenas (2010) de Mariana de Althaus, Lo que sabemos (2013) de Daniel Maclvor o Un fraude epistolar (2014) de Fernando Ampuero. Pero acaso sea el director David Carrillo quien mejor ha sabido aprovechar la versatilidad de Sergio, en dos montajes diametralmente opuestos en sus objetivos: Confusiones (2014) y la ya mencionada Chico encuentra chica. “David es principalmente, muy divertido. Tenemos un sentido del humor parecido. Como director te da mucha libertad, me siento cómodo y confiado en su trabajo. Además me ha dado la chance de trabajar con actores chéveres, como Patty Barreto (en Confusiones), a la que conocía del taller de Alberto; o Gisela Ponce de León (en Chico encuentra chica), muy generosa como actriz y que permite construir escenas con gran facilidad.”

Justamente en este último montaje, el inquietante personaje de Toño generó una atmósfera llena de suspenso y peligro, aún cuando ni siquiera aparecía físicamente en escena. “Creo que así como menciona Jorge Bruce en su libro Nunca nos habíamos choleado tanto, somos racistas a pesar nuestro”, menciona Sergio. “Y creo que también somos machistas a pesar nuestro. Creo que son sentimientos inherentes a nosotros los peruanos. El montaje cuestiona el hecho de que nos movemos condicionados bajo reglas machistas y representa además, el trato no muy cálido y agradable hacia las mujeres. También refleja de manera extrema cómo se confunde la seducción con la invasión.” Finalmente, entre los proyectos de Sergio para este año, destaca su participación en una nueva teleserie nacional titulada El regreso de Lucas. “Y estaré a fin de año en la obra Mucho ruido y pocas nueces de William Shakespeare, dirigida por Chela De Ferrari en el Teatro La Plaza. Por el momento, eso”, concluye. Todos los éxitos para Sergio en este 2016.

Sergio Velarde
27 de enero de 2016 

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