martes, 25 de marzo de 2014

Crítica: LA REPÚBLICA ANÁLOGA

La razón de Arístides

El destacado grupo ecuatoriano Malayerba ha venido teniendo una fuerte presencia en nuestro país, mérito de su director y dramaturgo, de origen argentino, Arístides Vargas. En el 2012 se estrenaron dos montajes de su autoría: El deseo más canalla y La razón blindada, excepcionales montajes dirigidos por jóvenes miembros del colectivo peruano Panparamayo. En el 2013, llegó el grupo Puentes Invisibles con la obra La soledad de las luciérnagas, para celebrar un aniversario más de Espacio Libre. Y en febrero de este año, el mismo Arístides se presentó con su esposa, la actriz española Charo Francés, en la inolvidable Nuestra Señora de las Nubes, en la Alianza Francesa. Justamente en el espacio mencionado se viene representando La República Análoga, obra escrita en el 2010, y dirigida por Arístides luego de un intenso taller con el elenco involucrado, desde diciembre del año pasado.

Los resultados saltan a la vista. La República Análoga es un inteligente e impecable montaje, en el que cada uno de sus intelectuales personajes representa una postura ideológica distinta, en medio de la insólita propuesta de conformar esta suerte de país utópico, libre de injusticias y de las fallas cometidas a lo largo de la historia. Toda la reunión será boicoteada intermitentemente por las razones blindadas de los más tercos y por los deseos más canallas de los más viscerales. Desde el anfitrión, el ingenuo señor Torres (gran actuación de Michael Joan Gómez), que ha puesto el anuncio de la reunión en un cyber café; pasando por la poeta y manicurista Beatriz (Claudia del Águila), que viene acompañada por su novio Omar (Carlos Montalvo), preocupado en terminar de coser el vestido de su novia; el sanguinario doctor Carpio (un desatado Pietro Sibille), que requiere de la violencia para actuar; el sensato señor Chester (Reynaldo Arenas), que opina que la república deberían conformarla los niños, mientras observa el fantasma de un chiquillo merodeando la casa (una exquisita performance de Ani Chung ); el doctor Morales (Héctor Rodríguez), un urólogo con problemas de frenillo, acompañado por el disciplinado Renzo (convincente Christian Esquivel), que hace las veces de traductor. En medio de ellos, la madre de Torres (una deliciosa Pilar Núñez), perdida en sus propios pensamientos, pero a la vez, la más centrada del grupo.

Impecables y precisas actuaciones, dentro de un sólido espectáculo, en el que el público también participa activamente. No les falta razón a los que afirman de la gran pertinencia y vigencia del teatro de Arístides en la actualidad. La temática de sus obras es universal, y por supuesto, muy latinoamericana. La República Análoga, más allá de ser un bello y completo montaje teatral, es un directo llamado de atención a los ciegos y tuertos gobernantes de nuestros países, a través de un lenguaje escénico pletórico de poesía e imágenes para el recuerdo. La razón la tiene Arístides. Uno de los mejores montajes independientes en lo que va del año. Imposible perdérselo.

Sergio Velarde
25 de marzo de 2014

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