domingo, 22 de junio de 2008

Crítica: EL GUÍA DEL HERMITAGE

Regala por navidad una visita al “Hermitage” 

¿Cuántas historias se han escrito siguiendo el mismo esquema? El personaje central del cuento trata de hacer ver a sus acompañantes de turno una supuesta eimposible realidad hasta finalmente convencerlos de ella. Desde Cristóbal Colón afirmando que la Tierra es redonda hasta Mulder convenciendo a Scully de la existencia de extraterrestres en “Los expedientes X”, pasando por el defensor Darrow en “Heredarás el viento” en el juicio sobre Darwin, don Quijote y SanchoPanza, hasta Roberto Benigni en “La vida es bella”, quien convierte el Holocausto Judío en un cuento infantil a los ojos de su hijo. La misma historia contada mil veces y de mil maneras distintas. 

En “El guía del Hermitage” Pavel Filipovich es el guía de un afamado museo carente de cuadros y debe convencer de la existencia de éstos a su esposa Sonia y al guardia del recinto Igor, antes que llegue su inminente muerte. Pudo ser una raya más al tigre. Pero no lo es. Esta puesta en escena de autoría del premiado Herbert Morote se convierte en todo una lección de vida, de amor y de esperanza. Pavel conduce a los personajes y a los espectadores imaginarios por los vacíos y oscuros pasadizos del Museo Hermitage, mientras en el exterior se escuchan las bombas de los alemanes que pretenden cercar Leningrado, a fines de la Segunda Guerra Mundial. Todas las obras de arte fueron enviadas a los Urales, sin embargo, el idealista Pavel continúa sus visitas guiadas para mantener viva su pasión por el arte. Pavel no sólo convence a su esposa y al guardia, sino que también al asistente “imaginario” (el público), pues describe con gran lucidez cada detalle de las “piezas artísticas” del Museo. La inicial resistencia a creer lo increíble cede ante la férrea convicción de este personaje y éste logra que las visitas al Hermitage continúen después de su muerte con la aparición de un inesperado sucesor.

La pieza nos ofrece varias lecturas: ¿cuáles son los límites entre la realidad y la fantasía para un ser viejo y acabado pero con una profunda pasión por su patrimonio artístico y que representa toda la cultura de su pueblo? ¿Por qué estos personajes arriesgan sus vidas por mantener su identidad nacional ante el inminente ingreso de Hitler a su ciudad? La necesidad de aferrarse al pasado,valorar lo que ya no está con nosotros, rescatar las raíces de una nación representadas por las creaciones artísticas, es mostrada con profunda emoción, no sólo por Pavel, sino también por Igor quien esconde un doloroso secreto tras la muerte de su hijo. La relación entre el soñador Pavel y el realista Igor es moderada por Sonia, quien es la más reacia a perder su identidad soviética ante los alemanes.

La directora Ruth Escudero, luego de arrancar de Ivonne Fraysinett la actuación de su vida en “Clase Maestra”, hace lo propio aquí con el primer actor Hernán Romero, inmejorable como el guía Pavel, quien se encuentra en su mejor forma luego de 40 años de actividad artística. Un irreconocible Gonzalo Torres, como el guardia Igor, sepulta para siempre su cómico personaje televisivo y el personaje de Sonia (que alternan María Angélica Vega y Kathy Serrano) aporta la necesaria cuota femenina a la historia. Nuestro estreno mundial del año.

Sergio Velarde
14 de diciembre del 2004

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